lunes, 31 de agosto de 2009

Casablanca - La película


Busqué una lista de las mejores 100 peliculas de amor de la historia y ya me bajé algunas para corroborar esto. La que más quería ver era Casablanca ya que es la que está en la posición número 1, más arriba de Titanic y muchas otras de las que ya he hablado en mi blog. Así que aquí les dejo mis impresiones.

Tengo que comenzar a decir que es una película realizada en 1942 por Warner Bros. Y analizándolo como película, puedo ver que es muy adelantanda con respecto a su época. No dura tanto como las demás y realmente con un ritmo rápido. Pasamos de una escena a otra sin grandes decripciones. Algo que me sorprendió mucho.

Se puede decir que es una buena historia, una trama bien desarrollada, que imagino habrá causado impacto en su época, pero realmente evaluándola como "Historia de amor", hay cientos de películas que son mejores según mi criterio

Es cierto que tenemos un romance intenso en París, una cruel separación, un encuentro inesperado y finalmente un sacrificio por el bienestar de la persona amada. Cosas totalmente romántica, llenas de pasión, pero no me llegó.

Muchos críticos afirman que la actuación de los protagonistas es realmente espectacular, llena de sentiemiento, pero sigo basándome que es algo que se aprecia tenienddo en cuenta que se realizó en 1942. Es decir, basándose en su contexto, tan buena que es comparada incluso con el Ciudadano Kane.

Muestra también la realidad de finales de la 2da Guerra Mundial justo cuándo se vivían situaciones como esa. Pienso que tuvieron la sutileza adecuada para poder tocar un punto tan delicado como los Nazis.

No se niega que es una excelente película que dió un gran paso en el Cine mundial, pero por eso no debe ser catalogada como la MEJOR historia de amor de todos los tiempos. No sé... es mi opinión.

Espero sus comentarios.

domingo, 23 de agosto de 2009

Romeo + Julieta

Estos días vi la película de Leonardo Di Caprio y Claire Danes, Romeo + Julieta. La vi años atrás pero esta vez me pude concentrar más y así detallar mejor.
La adaptación que hizo Baz Luhrmann del clásico de todos los tiempos, es realmente maravilloso. Esa gran historia de amor y de paz, es traída en 1996 ambientada en una Verona Beach mucho más actual.

Nos muestra que para estos clásicos no hay tiempo. Por eso son inmortales, se adaptan a cualquier época. Un reto bastante interesante que decidieron asumir al realizar esta película.

Lo más impresionante a mi parecer, es la adaptación, como crear todo ese entorno actual envuelto con las frases shakespereanas. Esos versos tan bien construidos, las palabras de época, las expresiones fueron mantenidas al pié de la letra. Sentimos que realmente estamos pasando las hojas de William.

Eso fue lo mejor y lo más difícil de lograr. En cuanto a la filmación como tal, utilizaron diversos recursos como los tiempos más rápidos o lentos para darle ese efecto moderno.

El amor entre ambos fue tal como en el libro, repentino y puro. Nos damos aún más cuenta de la juventud y la vertiginosidad de los sentimientos de los jóvenes. Siempre imaginamos a un Romeo apuesto y hecho un hombre, pero la verdad es que sólo tenía 14 años.

El tema central de la obra es un llamado universal hacia la paz. Shakespeare nos muestra el odio entre dos familias, la guerra, la violencia y nos invita a encontrar la paz, a evitar las calamidades que puede traer las confrontaciones.

Luhrmann consigue esto de manera impecable. El ambiente de violencia, de ataques constantes, de incluso anarquía es representado a la perfección. Esta película además de ser de amor, nos muestra las calamidades que pueden traer un mundo sin control, lleno de guerras e ultrajes.

Realmente 100% recomendada. Una adaptación impecable. Y siempre con las ansias al final "¿Por qué la bendita carta no puedo llegar RAPIDOOO?" Pero nunca podré cambiar eso jajaja

lunes, 17 de agosto de 2009

La dama de las camelias - Alejandro Dumas

Este libro había rondado por mí vida en los últimos meses. En mi lugar favorito de Caracas, debajo del puente Fuerzas Armadas, recorría las innumerables mesas llenas de libros 1 o 2bs cada uno y entre ellos me encontraba siempre a La dama de las Camelias ¡Dios! Que fastidio decía yo... uno de esos clásicos que no tendrían para mí ningún significado, creía, pero estaba demasiado equivocada.

Luego navegando por internet buscando historias o películas de amor consigo entre los mejores 10 libros de amor a La dama de las camelias, allí si que el infarto me venía ¿Cómo era posible que no lo comprara? El destino simplemente tiene sus secretos bien ocultos. Pero volvió a mí en la casa de la playa de mi novio cuando veía el estante y el único libro que estaba como fuera de lugar era ese, una reliquia que no podía dejar pasar.

Pues listo, leído, analizado, llorado y enamorada de la historia. Veamos más o menos de qué se trata.

Nos habla del amor entre dos jóvenes, especialmente de una mujer muy peculiar. Una cortesana que se vendía a los más ricos de su épocar para ser su "querida". Una mujer de la vida, como la denominaban muchas veces en el libro. Acreedora de una belleza superior, simplemente que valía la pena pagar. Disfrutaba de los gustos más caros debido a su situación.

Pero la vida de esta cortesana, Marguerite Gautier, cambia poco a poco al conocer a Armand Duval, un joven sin grandes posesiones económicas, pero con una pasión desenfocada por esta mujer desde el primer contacto que tuvo con ella.

Un amor peculiar, como se dice en el libro, pero esa peculiaridad hizo que haya sido enmarcado con la eternidad. Vemos como el amor puede ser igual o aún más puro el de una mujer que ya habiendo tenido muchos amantes reconoce al amor verdadero, un amor que es más dificil de aceptar, de cuidar, de conquistar.

Pero luego de haber sobrepasado cada barrera se muestra tal como es, sin límites ni fronteras para amar libremente. Un amor tan extenso que inundó el corazón de nuestros protagonistas en tan corto tiempo. Pero un amor que no pudo tener el final de cuento que todos esperamos.

Es una historia maravillosa. Narrada de una manera tan sencilla que no nos damos cuenta como se van pasando las páginas. Escrita no por el Alejandro Dumas del Conde de MonteCristo, o de los Tres Mosqueteros, si no su hijo. Algo que también me sorprendio.

No sólo es una historia, si no que en la obra nos encontramos con reflexiones profundas acerca del amor. Su origen, su cuidado, el daño que produce el no tenerlo, como no tiene barreras, como puede encaminar de nuevo incluso a la persona que más haya pecado.

Les dejo algunas de mis citas favoritas:

"Dios abre casi siempre dos senderos que la conducen a él (al bien); y tales son el dolor y el amor. Caminos en verdad difíciles, sì. Las que por ellos se internan se ensangrentan los pies y se destrozan las manos, pero, al mismo tiempo, también se dejan abrojos del caminos las vestimentas del vicio, y llegan al final despojadas de todo, con esa desnudez que no provoca rubor ante el señor."

"En un libro de Alphons Karr, titulado Am Raunchen, aparece un hombre que, por la noche, sigue a una mujer muy elegante, y tan hermosa que se ha enamorado de ella a primera vista. A cambio de poder besar la mano de aquella mujer, se siente con fuerzas para emprenderlo todo. Apenas si se atreve a mirar el coqueto tobillo que deja entrever para no mancharse el vestido al rozar el sueño. Mientras sueña en todo lo que seróa capaza de hacer para poseer a aquella mujer, ella lo para en la esquina de la calle y le pregunta si quiere subir a su casa. Vuelve la cabeza, cruza la calle y, lleno de tristeza, regresa a su casa."
"Si ha estado usted enamorado, seriamente enamorado, habrá experimentado esta necesidad de aislar del mundo al ser con quien quisiéramos vivir. Dirìase que la mujer amada, por indiferente que sea a cuanto le,ç rodea, pierde parte de su perfume y de su individualidad al contacto con los hombres y con las cosas."

Realmente espero que lo lean y que se dejen llevar por una historia realmente maravillosa y lo mejor del caso es que está basado en hechos reales. Totalmente recomendada.

martes, 11 de agosto de 2009

Demasiado Héroes - Mí opinión

Luego de terminar de leer Demasiados Héroes de Laura Restrepo aquí les dejo mis impresiones.
Realmente nunca creí que el final fuera así. No sé… me dejó seca… Como sin habla… decepcionada… No sé porque… realmente hubiese esperado cualquier cosa menos eso. Pero bueno, es mi percepción y no se los voy a arruinar contándoles el final.

Lo bueno de este libro, a mi parecer, es lo autobiográfico y lo real que muestra de la dictadura Argentina. Laura Restrepo nos describe sus vivencias en un momento muy fuerte para toda Latinoamérica, una época de revoluciones, de sueños, de dictaduras, de censura. Años después es capaz de dar un breve vistazo a todo lo ocurrido.

Nos sumergimos a esa clandestinidad por la que pasaron muchos argentinos, los minutos, los apodos, las torturas, los desaparecidos, los canas. Una de las mejoras cosas logradas es sumergirnos en ese entorno de una manera perfecta. Excelentemente logrado.

Y si lo vemos de la parte narrativa, la redacción es impecable, bien lograda. Nos lleva fácilmente de una página a otra. Totalmente rápida de leer. Aun más por un personaje tan voluble como es Ramón. Uno quiere saber que va a pasar, como terminará esa historia. ¿Qué nuevo impulso lo hará actuar?

No sé porqué, pero hay algo que no me convenció totalmente. Para ser sincera luego de leerlo me pregunté ¿Para qué lo hice? ¿Para este final? No sé. Entiendo que es autobiográfico, que la autora estuvo alrededor de 5 años constatando fuentes y en un proceso arduo de investigación. Y siento que el valor que tiene es por lo autobiográfico y el contexto. Pero de resto la trama como tal me decepcionó totalmente al final.

Es una opinión muy personal que no sé si compartirán, pero espero sus comentarios para poder así contrarrestar. Mientras veré si en los próximos libros en mi lista pongo Delirio para comprender el mayor logro de Laura Restrepo.

martes, 4 de agosto de 2009

Demasiados Héroes - Laura Restrepo

Estoy empezando a leer uno de mis regalos de cumpleaños (si... Ya pasé a los veinte), Demasiado Héroes de Laura Restrepo y en dos días ya estoy apunto de terminarlo... así que navegando un poco conseguí esta entrevista referente a éste, su último libro. Se los dejo como abre boca y ya pronto les daré mis opiniones... Pero desde ya se los recomiendo!


Entrevista a la escritora Laura Restrepo, sobre su nueva novela, Demasiados héroes
Mar 12/05/2009 - 23:57


Por: Raúl Kollmann/Página 12

“La dictadura fue también una condena al silencio”

La escritora colombiana vivió en los ’70 en la Argentina y militó durante cuatro años en el PST. De esa experiencia surgió una ficción con fuertes implicancias autobiográficas y nacida, según reconoce la autora, “de la dificultad para contar aquel período”.

Laura Restrepo hurgó en los vínculos familiares condicionados por la militancia.

Laura Restrepo lo resume así: “La mamá le cuenta de la militancia y la clandestinidad, pero el hijo no quiere saber de eso. El hijo, ya adolescente, busca a su padre al que vio por última vez cuando tenía dos años y medio. Ella no termina de contarle sobre lo que los dos llaman el episodio oscuro, ocurrido cuando Ramón, el padre, y Lorenza, la madre, dejaron el partido y se fueron a vivir a Colombia. Ahí, en Bogotá, Ramón secuestra o rapta o roba a Mateo y usando los recursos de la clandestinidad –aquella habilidad para fabricar y moverse con documentos falsos– se lleva al niño. La madre trata de endulzar, de atenuar el dolor; Mateo quiere afrontar el dolor”.Durante la dictadura, Laura Restrepo, la gran escritora colombiana, vivió y militó a lo largo de cuatro años en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de la Argentina, la organización que después devino en el Movimiento al Socialismo (MAS). La novela que acaba de publicar, Demasiados héroes (Editorial Alfaguara), se parece muchísimo a la realidad y, en concreto, a la realidad que ella vivió, incluyendo el episodio oscuro. Se acerca con calidez a las dificultades que tuvieron y tienen los padres que militaron para contarles la historia a sus hijos, explicarles algo de aquella pareja que tuvieron algún día y ya no tienen y que es un padre o una madre ausente. Paralelamente, es la historia de un adolescente que no quiere que le cuenten nada más: confronta con su madre, necesita ver y descubrir al padre de carne y hueso. Es más, Demasiados héroes es en gran parte la historia del viaje de Lorenza y Mateo a Buenos Aires, unos doce años después de la dictadura, para que Mateo conozca a su padre.En esos años, los de la dictadura, yo conocí a Laura Restrepo –le decíamos Laurita– en el PST. De manera que este diálogo no es entre dos desconocidos. La llamé a su casa de Bogotá –aunque vive habitualmente en México– conociendo su historia y sabiendo que lo que cuenta en la novela, casi todo, pasó realmente. Incluyendo los hechos más asombrosos e impensados.

–¿Por qué Demasiados héroes?
–Quise sacarle a la historia las dos retóricas. Por un lado, la retórica literaria y, por el otro lado, la retórica política. Tardé cinco años en escribir este libro y lo escribí seis veces. Las primeras versiones me parecían una especie de boletín interno político, con esa visión heroica, habitual en nuestro relato de la izquierda, con excesiva valoración de lo que hicimos. Así que fue como deshojar un alcaucil. En la medida en que el hijo, el adolescente, va confrontando a la madre, ella se ve obligada a contar una historia de seres humanos y ya no de militantes un poco fuera de lo normal o dotados de una ética superior o de superpoderes.

–¿Y qué pasó con la retórica literaria?
–El noventa por ciento del libro son diálogos y eso fue todo un desafío. Porque cualquier metáfora, cualquier utilización del lenguaje literario, chirriaba, desafinaba. Por eso la exigencia era de lenguaje cotidiano. Y más porque el hijo cuestiona a la madre. Tiene que ver con los intereses diferentes que hay entre ellos. Ella cuenta una historia de militancia, con partes autocomplacientes, y el chico necesita encontrar al padre. Esto genera dos lenguajes distintos, con enormes dificultades para comprenderse. Una parte de la novela lo constituyen diálogos imperfectos, difíciles, donde prima la incomprensión.

–¿En qué sentido?
–Es que también tiene que ver con lo que vivimos. La dictadura fue una condena al silencio. Te lo imponía la clandestinidad, te lo autoimponías por razones de seguridad. Uno no quería saber porque se ponía en riesgo la seguridad. Nadie anotaba nada, no se podía hablar por teléfono. Y en el fondo, esa misma clandestinidad hace que ella tampoco sepa mucho de Ramón, su ex pareja, el padre del chico. Mateo, el hijo, la pone contra la pared: ella no tiene mucho para aportar y eso hace todavía más imperioso que él encuentre al padre y construya su propia imagen de él.

–¿Y por qué no le dice directamente que el padre se robó al hijo de ambos?
–Bueno, ése es el reclamo de Mateo: díganme la verdad. La dictadura era un enemigo poderoso que te imponía el silencio y era tan monstruoso que se te metía adentro. Y Mateo de alguna manera estaba diciendo que su padre lo secuestró, hizo con él lo mismo que hizo la dictadura. La madre eso no lo puede nombrar directamente, no puede. Pero la verdad es que la situación se te mete adentro. Mi anterior libro Delirio trata justamente de eso, pero respecto de Colombia. No se puede pensar que en un país existen la guerrilla, los parapoliciales, los narcotraficantes, y uno se mete en su casa, cierra la puerta y la guerra queda afuera. El personaje de Delirio, Agustina, pierde la cabeza, delira.

–¿No fue muy, pero muy inhabitual eso que te pasó, que un padre, militante, o ex militante, se robara al hijo de ambos?
–Tal vez eso no, pero las relaciones personales, con los hijos, con los padres, con la propia pareja, todo fue afectado por la dura prueba por la que atravesamos.

–En algún momento Mateo dice que está cansado de mudarse, de las distintas parejas de su madre en la militancia.
–Sí, es verdad. Mateo dice en la novela “vos me tenés corriendo detrás de tus cosas y yo ni siquiera sé cuáles son tus cosas”. Creo que la dictadura hizo que uno hiciera una alianza muy estrecha con la pareja, una especie de solidaridad muy fuerte, pero al mismo tiempo eso hizo que uno no supiera del todo quién era la pareja. Cuando en la novela Lorenza y Ramón se van a Colombia, abandonando el partido, o cuando cayó la dictadura, esa unión solidaria, esa alianza, esa cohesión contra el monstruo, desapareció. Y entonces nos enfrentamos y en el libro se enfrentan dos personas que ya no se reconocen como antes.

–¿Y cómo lo ves mirando hacia atrás?
–Contradictoriamente, yo siento nostalgia de esos años en que estuve en la Argentina en el PST. Por supuesto que era sumergirse en el horror. Pero también fue algo entrañable, acogedor. Por eso el libro está escrito con cariño: la solidaridad entre la gente te hacía sentir arrullado. Y cuando todo eso pasa, se produce una cierta soledad. Uno sentía que tenía gente de su lado, compañeros. Paradójicamente te diría que aquellos fueron algunos de los años más felices de mi vida. Estaba tan claro contra quién luchábamos, qué era lo que nos unía. La compañía de la gente que estaba de nuestro lado es una compañía que fue muy difícil de encontrar después.

–¿En qué se diferencia tu novela de lo que has visto escrito por los que participaron de la lucha armada?
–Hay libros muy valiosos, como el de Miguel Bonasso, Recuerdo de la muerte. Pero en general son libros muy duros, de una autocrítica feroz, despiadada. Yo quise contar lo que fue la resistencia pacífica, invisible, la de los militantes que cruzaban la ciudad para entregar un periódico del partido, doblado hasta el cansancio para meterlo en un atado de cigarrillos. El militante que valoraba en forma increíble haber conseguido uno o dos contactos entre las trabajadoras de Bagley. Cuando Lorenza y Mateo viajan a Buenos Aires, doce años después de la dictadura, ella le muestra los lugares donde se reunía con estibadores del puerto para hablar, choriceada mediante, de la situación política. Y Mateo le pregunta: “¿Y en qué molestaban ustedes a los dictadores comiendo chorizo y hablando mal de los dictadores?”. Ella le dice: “Era una forma de romper el silencio, de mencionar a los muertos, a los desaparecidos”. Honestamente, para bien o para mal, yo no sería la persona que soy sin aquella formación en el PST argentino. No sería la escritora que soy. Por eso el libro tiene también cariño, añoranza.

–Hubo aspectos negativos, me imagino.
–Quiero remitirme a uno de mis primeros libros: Historia de un entusiasmo, que trató sobre las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla del M-19. Yo estuve muy cerca de los militantes y dirigentes del M-19 que fueron asesinando durante aquel proceso de paz. Y ése sí fue un libro de héroes. Yo escribí sobre las actitudes heroicas del M-19, pero minimicé, pese a que conocía, los desastres que hizo el M-19. Eso dejó el libro chueco y nunca me lo perdoné. Más allá de todo, aquel proceso de paz fue un modelo, y hoy Alvaro Uribe lo tergiversa todos los días. Este libro es en cierta manera una respuesta a Historia de un entusiasmo, mostrando las cosas positivas y las negativas.

–Obviamente está el episodio oscuro como parte de las cosas negativas.
–Está explicado en el libro, a partir de la dureza de la situación que vive Ramón, llevado por Lorenza a Bogotá. El se encuentra totalmente perdido, dejó el partido, su espacio en Buenos Aires y el rapto del hijo es la búsqueda del espacio anterior, un territorio en el que sea local.

–Casi no se habla del duro trance que significó dejar el partido. Tanto por parte de Lorenza como por parte de Ramón. Aquello era traumático.
–Es cierto. Decidí pasar por encima de eso. En los términos de la novela igual se ven los efectos, con un padre que perdió completamente la identidad en Bogotá y una madre que también perdió la identidad.

–¿Existió el viaje con tu hijo a la Argentina a conocer al padre?
–Sí, existió. Y muchas de las discusiones, los líos con mi hijo de entonces, son la base de este libro. Es más, originalmente, el personaje central del libro era la madre, pero el cambio decisivo que me llevó a transformar todo es haber convertido al hijo, al adolescente cuestionador, en el protagonista central.

–Sé que hoy es un licenciado en Letras que se acerca a los 30 años. Nació en 1980.
–Sí, es un muchacho magnífico.

–No vamos a contarle a la gente el final, pero no puedo dejar de preguntarte si el final de tu novela, la forma en que recuperaste a tu hijo, se parece a la realidad.
–Sí, se parece mucho, mucho.

–En la novela, Ramón, siendo dirigente del partido, ante tareas difíciles alienta a los militantes con la frase “¿Qué somos? ¿Héroes o payasos?”. Y en tu mirada, ¿qué conclusión sacaste? ¿Héroes o payasos?
–Ni héroes ni payasos. El necesario punto intermedio que hace la historia humana. Héroes no, pero payasos menos. Militantes humildes, que hicieron lo que había que hacer, como también lo hicieron las Madres de Plaza de Mayo. Una resistencia infinita, invisible, una resistencia de la gente del montón, que fue la que derrotó a la dictadura